-¿Y
tú Lilly? -pregunta repentinamente Kim.
-¿Qué?
Perdona.
-¿Qué
te vas a poner esta noche? -dice sonriente.
-Pues
he pensado ponerme unos vaqueros y una camiseta de tirantes.
-¡NO!
-dice Alice enfadada- te vas a poner un vestido como nosotras.
-No
tengo vestidos bonitos -digo como alegato final.
-¿Quién
ha dicho que deba ser tuyo? -dice Alice en un tono pícaro.
Tras
dar un paseo por las calles de la ciudad vamos a casa de Alice y nos
pasamos el resto de la tarde buscando un vestido para mí.
-Pues
a mí me gusta más este -dice Alice enseñándome un vestido rojo
demasiado corto- ¿qué opinas tú Kim?
-A
mí me gusta más el que ha dicho Lilly -dice siendo franca- y mira
que eso es raro.
-Vale
te pondrás ese vestido pero con estos zapatos -dice mostrándome
unos enormes tacones.
Una
vez en el bar Alice y Kim me llevan hasta la pista de baile y nos
movemos al ritmo de la música, no pasan ni cinco minutos cuando un
muchacho de nuestra edad se acerca a Alice y se pone a bailar con
ella.
-Vamos
a dejarles intimidad -dice Kim haciéndose oír por encima de la
música. Vamos a la barra y pedimos unas coca colas. Kim saca una
botellita de su bolso y vierte un líquido marrón en su coca cola-
me gusta más así -dice guiñándome un ojo.
Pasamos
un rato bailando juntas hasta que veo a un chico acercarse a Kim e
instintivamente me aparto para que puedan bailar juntos. En un rápido
destello veo un cabello rubio parecido al de Evan pero no le presto
atención, sino que continúo a lo mío. Noto como me empieza a
faltar el aire y me arde el pecho, sin poder evitarlo me dirijo a la
salida de emergencias que da al callejón contiguo de la entrada. Al
salir una ráfaga de aire me azota la cara y lo agradezco, doy un par
de pasos y me encuentro en el centro del callejón, escucho el ruido
de la puerta al cerrarse y me giro para ver si se vuelve a abrir pero
al girarme veo que no estoy sola. Un chico alto con el pelo oscuro
está delante de la puerta y me impide el paso.
-¿Te
has perdido guapa? -dice. Su voz suena pastosa y el olor a alcohol
llega hasta mí.
-No,
mis amigos están dentro.
-Venga
no seas estrecha -se acerca a mí y me coge de las muñecas. Me
empuja hacia atrás y choco contra la pared de ladrillos.
-Déjame
en paz -digo empujándolo con fuerza. Da unos pasos hacia atrás pero
enseguida vuelve a acercarse, sin pensarlo le abofeteo con fuerza
pero eso lo único que hace es enfadarlo más y me devuelve la
bofetada con tanta fuerza que noto el sabor metálico de la sangre en
mí boca.
-Suéltame
me das asco -le espeto, intentando apartarlo de nuevo.
-Estate
quieta -dice separándome y volviendo a empujarme contra la pared.
-Gritaré.
-Nadie
te escuchará -dice intentando sonreír. Un agudo grito empieza a
salir de mi garganta pero el chico lo calla poniendo su mano sobre mi
boca, aprovecho y cierro la mandíbula con fuerza pellizcando su
piel- serás zorra.
Me
suelta e intento escapar pero me coge de nuevo y me hace chocar
contra la pared pero esta vez de frente con la mala suerte de que mi
cara se golpea con ella en la parte superior de mi ceja izquierda.
-¡Suéltame!
-le grito aterrada. Sorprendentemente dejo de sentir el contacto de
su cuerpo contra el mío y al darme la vuelta veo al chico tirado en
el suelo mientras Evan le propina una fuerte patada en el estómago.
Se gira con rapidez y se dirige hacia mí.
-Vamos
-dice cogiéndome la mano y tirando me mí.
-Espera
-digo mientras me quito los zapatos para poder huir mejor. Corremos
por las calles alejándonos del bar hasta que Evan tira de mí hacia
un callejón oscuro.
-¿Por
qué me has traído aquí? -pregunto asustada. Me mira extrañado por
la pregunta pero enseguida reacciona.
-Es
lo único que se me ha ocurrido para salir de la calle principal,
tranquila no pienso hacerte nada -dice respirando con dificultad.
-Gracias,
por ayudarme.
-No
es nada -dice calmándose un poco- supongo que no querrás volver
¿quieres que te acompañe a casa?
-Sí,
por favor.
-Pues
vamos.
Nos
ponemos en marcha pero al dar le primer paso noto un dolor agudo en
la planta del pie.
-¡Ay!
-digo instantáneamente.
-¿Qué
ha pasado? -pregunta Evan.
-Me
he pinchado con algo en el pie.
-Espera
apóyate en mí -me ayuda a caminar hasta debajo de una farola y me
examina el pie- te has clavado un cristal no puedes caminar, así que
súbete a mí espalda.
-No,
no hace falta.
-Sí,
la hace, vamos -dice dándome la espalda y inclinándose para que me
pueda subir con más facilidad.
-No
pienso hacerlo Evan -digo rotunda. Se gira y me mira a los ojos.
-Tú
lo has querido -se agacha y me carga a su hombro como si fuera un
saco de patatas.
-Para
bájame -le digo mientras le golpeo la espalda con los puños.
-Pues
súbete a mí espalda -dice sin dejar de caminar.
-Esta
bien me subiré a tu espalda -digo y Evan se para momentáneamente.
Me desliza con cuidado pero sin dejarme en el suelo sino que me
obliga a abrir las piernas y situarlas a cada lado de sus caderas.
-¿Lo
prometes? -dice a escasos centímetros de mí. Asiento y me deja en
el suelo con cuidado.
-Espera
-dice mientras se quita la chaqueta- ponte esto o cogerás frío.
Le
obedezco sin rechistar y me pongo el abrigo que me ofrece, antes de
subirme a su espalda. Rodeo su cuello con mis brazos y descanso mi
cabeza sobre su cuello, inhalo el dulce aroma de su piel y me dejo
llevar.
-Está
lloviendo -dice repentinamente. Es entonces cuando noto las gotas de
agua sobre mi cabello- tu casa queda demasiado lejos será mejor que
vayamos a la mía para no mojarnos.
-Claro
-digo intentando cubrirlo de la lluvia todo lo que puedo.
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Hello!!! Y aquí estamos un domingo más espero que os haya gustado.
Suerte para los exámenes y ánimo que ya queda menos.
Besitooos!!
Emmm... no quiero que esta historia acabe nunca *.* es tan asfsgdhtu que sghdghnjghjnxd xD
ResponderEliminarMe encanta el vestido es tan precioso (yo quiero uno) y me encanta Evan (yo quiero uno... que diga... que es mu guapo (?)) xD
Espero el siguiente con ganas :)
Besoos!!^^