-Necesito
a alguien ¿algún voluntario? -dice mirando al público fijamente,
veo a Nika ponerse en pie pero Evan no lo he hace caso- voy a decir
el nombre de una de las butacas y esa será la persona elegida. El
número es el 1...3...9... Letra...B.
La
chica que tengo a mi lado me mira y sonríe anonadada, no caigo en la
cuenta de que ese asiento es el mío hasta que un foco brillante me
ilumina.
-Por
favor sube al escenario -dice Evan sonriente. Cuando me pongo en pie
noto como tensa la mandíbula pero no cambia su veredicto sino se
empeña más en que suba. Me dirijo al escenario con lentitud y
timidez ya que no sé de que se trata esta actuación. Evan me ofrece
la mano para subir al escenario y vuelve a dirigirse al público.
-Ahora
tengo a la voluntaria pero no va vestida para la función por lo que
irá a cambiarse y empezaremos con el espectáculo.
Me
guía por detrás del telón y me enseña un vestido plateado lleno
de diamantes.
-Puedes
cambiarte ahí detrás -dice señalando una cortina enorme de color
rojo.
-Esto
no me cabe -digo devolviéndole en vestido. Evan lo coge de mala gana
y lo pone delante de mí.
-Yo
creo que sí, ahora póntelo.
-Es
demasiado grande y soy muy bajita, no quedará bien. La falda es
demasiado larga.
-Créeme
la falda no será un inconveniente ahora cámbiate de una vez -dice
empujándome hacia detrás de la cortina. Después de pensarlo unos
instantes me decido y comienzo a desvestirme para ponerme el vestido
plateado. Una vez estoy lista salgo y veo a Evan apoyado en un enorme
altavoz, tiene la cabeza gacha y no para de murmurar algo como si
intentara que no se le olvidaran las palabras.
-Ya
estoy -alza la mirada con desgana y me mira desinteresadamente antes
de abrir los ojos con asombro- te lo dije es muy larga.
-No,
-dice con rapidez- está bien, ahora vamos.
Salimos
al escenario y los focos nos enfocan desde arriba me resulta
imposible ver los rostros de las personas ni siquiera sé con certeza
que haya alguien todavía en el patio de butacas.
-Ahora
que tengo una ayudante podré empezar con mi función primero será
algo facilito. Veis esta baraja -dice sacando un taco de cartas- es
una baraja normal y corriente pues voy adivinar la carta que esta
señorita de aquí -dice señalándome- elija.
Comienza
a barajar todas las carta y a mezclarlas con rapidez, a continuación
las abre en forma de abanico y me las muestra.
-Elije
una, la que tú quieras -paso mis dedos por encima de las cartas y
elijo una al azar. El siete de corazones- mentalízala.
-Ya.
-¿Estás
segura? -dice enarcando las cejas.
-Sí.
-Vuelve
a mirarla.
-No,
ya sé cual es mi carta.
-Está
bien, ahora quiero que bajes del escenario y le des la carta a los de
la primera fila y que se la vayan pasando unos a otros.
Comienzo
a bajar las escaleras con cuidado ya que gracias a los tacones, que
podrían considerarse armas de guerra, he perdido todo mi equilibrio.
Una vez abajo le doy la carta al muchacho que está en el extremo y
este al mirar la carta se la pasa a su compañero y así
sucesivamente. Subo al escenario de nuevo junto a Evan que se mueve
de un lado para otro por encima del parqué.
-¿Habéis
visto todos la carta? -toda la sala responde con un monótono “sí”-
está bien, supongo que la mayoría esperareis que meta la carta de
nuevo en la baraja y la saque mientras digo “es esta”, pero no.
Es más la carta os la podéis quedar porque sólo me hace falta mi
sexy voluntaria -dice acercándose a mí. Acerca sus labios a mi
oreja y posa sus manos en mis caderas- Ahora entenderás porque no es
bueno acercarse a mí.
Retira
las manos con brusquedad y empiezo a sentir frío, es entonces cuando
me
doy cuenta de que me ha quitado la falda y que lo que cubre mi
cuerpo es una especie de bañador lleno de brillantes, lo que más me
sorprende es que detrás de la falda está dibujado el siete de
corazones. El público estalla en un grito de euforia y la sonrisa de
Evan es triunfal pero esta situación me supera y me apresuro a salir
del escenario. Me meto detrás de la cortina roja donde me he
cambiado de ropa y me dejo caer al suelo.
-¿Lilly?
-dice Evan al otro lado de la cortina.
-Márchate
y sigue con tus truquitos tú solo.
-Te
dije que la falda no sería un problema -dice en tono divertido. Me
levanto con rapidez y retiro la cortina lo veo delante mía con la
falda entre sus dedos, sin pensármelo alzo la mano e intento
golpearle la cara pero frena el golpe.
-Eres
un imbécil.
-Lo
sé, por eso no quiero que te acerques a mí, pero ahora necesito que
sigamos con el número.
-Me
has puesto en ridículo, no pienso volver a salir.
-Te
prometo que no volveré a hacer que algo te avergüence, en el resto
de la actuación.
-Está
bien.
Volvemos
a salir al escenario y Evan saca una pequeña canica de su bolsillo.
-Ahora
voy a hace que esta canica con la inicial de Lilly aparezca en el
asiento que mi acompañante me indique, adelante di un número.
-El
245 C.
-Está
bien, mientras me concentro dime por qué has elegido ese número.
-El
24 es el día que nací y el 5 es el día en el que nació alguien
especial.
-Bueno
yo nací el día 5 pero supongo que no hablas de mí.
-No
la verdad es que pensaba en otra persona.
-No
sabes como me rompes el corazón -dice mientras pone su mano derecha
sobre su pecho.
-Siento
decepcionarte -digo mirándole directamente.
-Sabes
necesito hacerme fuerte así que voy a usar ese dolor para mandar la
canica al 245 C -Evan cierra los ojos y respira con calma, me fijo en
sus manos entre los dedos mueve la canica y como si estuviera hecha
de aire se desvanece entre los dedos del mago- ya por favor que la
persona que está en el 245 C mire en su asiento.
Un
gran foco ilumina el asiento en cuestión y veo como un chico alto y
delgado se levanta con desgana, se inclina sobre la butaca y recoge
algo de ella.
-Lilly
ve a recuperar la canica por favor -dice Evan en tono cortes. Bajo
los escalones y llego hasta la butaca el muchacho me entrega la
canica y veo la “L”
que había escrito sobre la superficie transparente de la esfera. Cuando vuelvo al escenario Evan saca una enorme caja de madera y me hace entrar en ella.
-Ahora
me despediré haciendo que mi acompañante desaparezca.
Susurra
unas palabras sobre la madera y tras dar un par de golpecitos sobre
la superficie de la caja vuelve a abrirla. Los focos me dañan los
ojos, intento levantarme, ya que está claro que el truco no ha
funcionado pero algo me impide moverme. Un sonoro grito de euforia
retumba por toda la estancia y no entiendo de que se sorprenden si
estoy delante suya.
-Volvemos
a cerrar y la haré volver -vuelve a cerrar la caja y vuelve a
susurrar algo. En el momento en que las palabras cesan intento
moverme y mi cuerpo me lo permite. La caja vuelve a abrirse y todos
gritan impresionados por los trucos de Evan.
-Muchas
gracias, un aplauso grande para mi ayudante sin ella no podría
haberlo hecho -se acerca a mí y coge mi mano entre sus dedos
-Inclínate
-me dice entre dientes. Le hago caso y los dos nos inclinamos hacia
delante, distingo a un grupo de gente que se ha puesto en pie y
aplauden con entusiasmo.
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Hello!!! Capítulo 6 me ha encantado escribirlo, el relato se va ha retrasar un poco por temas de exámenes, deberes y todo eso por eso he escrito más de la cuenta en este, espero que os haya gustado.
Besitooos!!!
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