domingo, 29 de diciembre de 2013

Capítulo 10

Tras la marcha de Jake, Evan y yo no volvemos a quedar solos. Está sentado en el sofá y no puedo evitar mirarlo de soslayo, pero gira la cabeza con brusquedad y me mira interrogante.
-¿Pasa algo?
-No -digo apartando la mirada con rapidez.
-¿Entonces por que me mirabas?

-Estaba pensando que Thomas estará preocupado, debería volver a casa.
-¿Y qué te lo impide? -dice acercándose a mí, con agilidad. Mi respiración se vuelve entrecortada y soy incapaz de devolverle la mirada.
-Nada -me aparto con rapidez y subo las escaleras dando algún que otro traspié.
Me encierro en la habitación y pongo la mano sobre mi pecho preguntándome Por qué va tan rápido mi corazón.
-¿Lilly? -dice Evan sobresaltándome, ya que está detrás mía.
-Creía que había cerrado con pestillo.
-Pues no -dice algo tenso.
-¿Has visto mi teléfono? -digo buscándolo por el escritorio.
-Creo que no lo tenías, yo no recuerdo haberlo visto.
-Alice, lo tiene Alice lo metí en su bolso antes de ir a aquel bar.
-Te acompañaré a recuperarlo.
-No es necesario.
-No te estaba pidiendo permiso.

Al llegar a casa de Alice, Evan se queda un poco al margen, mientras yo toco el timbre y espero a que me abran la puerta, pero nada. Insisto tocando de nuevo el botoncito de color rojo que está en la pared, y sigue como antes.
-A lo mejor no está en casa -dice Evan acercándose a mí.
-Aparte de mi teléfono también tiene las llaves de mi casa.
-Genial -dice Evan molesto, en ese instante la puerta se abre y muestra a una Alice despeinada y con la misma ropa de ayer.
-Lilly -dice con una enorme sonrisa, su voz suena pastosa y tengo la sensación de que se caerá al suelo en cualquier momento.
-Alice necesito mis cosas.
-¿Evan? -dice ignorándome- ¿y Lilly? -dice intentando atar cabos, en ese instante sus ojos se abren con asombro y Evan retrocede asustado.
-Alice por favor céntrate, necesito mis cosas -Alice se acerca a mi oreja y huelo el olor a alcohol en su ropa.
-¿Es bueno en la cama? -pregunta intentando susurrar.
-¿¡Qué demonios tiene todo el mundo con ese tema!? -grito algo avergonzada. Evan se abre paso y coge la cara de Alice entre sus manos, cosa que hace que me den ganas de apartarla de él con un fuerte tirón a ese cabello rubio.
-Alice hazme un favor.
-Lo que sea.
-Devuélvele sus cosas a Lilly -dice poniendo ojos tiernos.
-Enseguida -Evan retira sus manos y Alice se adentra en la penumbra de la casa. Al volver a la puerta trae en sus manos su bolso y rebusca mi teléfono y mis llaves.
-Gracias -comenzamos a irnos cuando Alice me llama.
-¡Lilly! Ya me contarás como ha sido -dice antes de cerrar la puerta sin ganas.

El camino a mi casa es silencioso pero no incómodo. Al llegar abro la puerta y no escucho nada.
-¿Hola?¿Thomas? -pregunto entrando por la puerta- Pasa no te quedes ahí -digo al ver a Evan frente a la puerta. Voy a la cocina y no veo ninguna nota en la nevera.
-Evan -le llamo asustada. Entra en la cocina asustado y se acerca con rapidez- algo va mal, no me ha dejado ninguna nota.
-No te preocupes Lilly se habrá olvidado es todo, ¿no tienes llamadas perdidas?
Reviso el teléfono, veinte llamadas perdidas y diez mensajes. Marco el número como puedo y escucho atentamente, al tercer timbrazo escucho la voz de Thomas.
-¿Si? -dice dormido.
-¿Thomas, dónde estás? -digo con lágrimas en los ojos.
-¿Lilly? Estoy con Grace.
-¿Quién? -pregunto desorientada.
-Grace la chica que vino a cenar a casa hace unas semanas.
-Oh... -es todo lo que sale de mis labios, antes de reaccionar- perdona me he preocupado por nada, nos vemos cuando vuelvas a casa.
-Ya sobre eso... Pasaré fuera una semana estoy de camino a Chicago.
-Nos vemos en una semana, adiós -digo colgando antes de obtener respuesta.
-¿Lilly?¿está todo bien? -pregunta Evan haciendo que recuerde que no estoy sola.
-Sí, seré estúpida he hecho que te preocupes, todo está bien, ya puedes irte.
-La verdad es que preferiría no hacerlo -le miro sorprendida y veo compasión.
-Estaré bien sola, soy fuerte.
-No lo niego pero prefiero quedarme, además los dos estamos solos ¿por qué no estamos solos juntos?
-Eso no es posible cuando uno está con alguien ya no está solo.
-¿Siempre le buscas el lado lógico a todo?
-Sí, todo tiene su lado lógico.
-Yo no estaría tan seguro -dice sonriendo con picardía.
-¿De qué estás hablando?
-Estás mejor en la ignorancia.
-Eso me dijo mi madre unos días antes del accidente cuando me dio estoy y dijo “todo, a su tiempo, pequeña” -digo mientras saco el colgante de debajo de la camiseta.
-¿Te lo dio tu madre? -dice Evan aproximándose, roza la superficie del colgante con los dedos y aparta la mano con rapidez.
-¿Qué pasa Evan?
-Eres tú -dice antes de coger mi cara entre sus manos y unir sus labios con los míos en un tierno y cálido beso.

No hay comentarios:

Publicar un comentario