-Por supuesto.
May y Albert desaparecen y me
quedo a solas con Sam, que se rasca la nuca sin saber muy bien qué
decir.
-¿Qué haces aquí? -le
pregunto.
-May me ha llamado y me ha dicho
que no estabas bien como para vover a casa sola.
-No estaba sola, estaba con...
-Liam lo imaginaba ¿tu príncipe
encantador se había cansado de hacer de niñera?
-No, estaba en el baño.
-¿Y le has creído?
-No quiero seguir con este tema.
-Tranquila solo te voy a llevar
a casa no es necesario hablar más.
Cuando llega el siguiente
autobús los dos subimos sin decir palabra y nos dirigimos a la parte
de atrás. Sam se sienta al lado de la ventana y yo me siento a su
lado, tengo sueño así que me apoyo en su hombro sin ser conciente
de lo que hago.
-Ven aquí -me obliga a sentarme
sobre sus piernas y yo me hago un ovillo contra su pecho. Cuando
llegamos a la residencia Sam se dirige a su habitación y sin que lo
sepa yo le sigo a él, la puerta se cierra detrás de él y dudo unos
instantes entre llamar a su puerta o irme pero finalmente me decido
por llamar. Cuando abre mira hacia abajo no aguanto más así que me
acerco sitúo mi cara bajo la suya y le beso, tarda un segundo en
reaccionar.
-Entra necesitas descansar -Sam
me guía hasta la cama y me ayuda a quitarme los zapatos.
-Fue un error.
-Eli estás borracha.
-Dicen que los niños y los
borrachos siempre dicen la verdad.
-En ese caso adelante, suéltalo
todo.
-Soy idiota -hago una pausa y
todo se queda en silencio asi que continúo- romper contigo fue lo
peor que pude hacer, mis miedos e inseguridades son mayores que mi
amor por ti, esa era la frase que me repetía una y otra vez para
intentar convencerme, pero después de dos meses sin ti mi corazón
se sigue rompiendo cuando te veo con Amber.
-¿Cómo crees que me siento yo
al verte con Liam?
-Yo no salgo con él y por lo
menos no me ves cada día con él en el instituto.
-Ya, ¿no sales con él pero
dejas que te bese?
-Me dijo que era la única
manera de demostrarme que seguías enamorado de mí, pero no es
cierto, no lo evitaste al contrario besaste a Amber para demostrar lo
poco que te importaba.
-Tienes razón... -cuando lo
admite es peor todavía- eres idiota.
-¿Qué?
-No la besé para dar a entender
que me importas poco, ella me besó y estaba tan furioso que le seguí
el juego, no entendía cómo podías estar con ese capullo.
-¿Entonces, te importo?
-Si no me importaras no habría
ido en autobús hasta un bar perdido en la ciudad con el pijama
puesto.
-Sam, todavía te quiero.
-Yo también a ti -se crea un
silencio el aquella pequeña habitación que ninguno sabe romper-
pídemelo.
-No sería justo.
-Solo hazlo.
-Olvidemos todo esto y volvamos
a estar juntos.
Sam cruza la habitación y me
levanta de la cama para besarme, cojo su cara entre mis manos e
impido que se separe. Sus manos bajan hasta mis muslos y me levantan
del suelo con fuerza, volver a sentir sus labios hace que todo mi
cuerpo se relaje sobre sus musculosos brazos.
Al despertarme por la mañana
las sábanas tocan mi piel desnuda, miro a mi lado y veo a Sam
dormido plácidamente abrazado a mí, una sonrisa aparece en mi cara
antes de darle un beso tierno en los labios.
-Buenos días preciosa -dice
acercándose de nuevo para besarme.
-Buenos días.
-Todo esto parece un sueño.
-¿Qué va a pasar con Amber?
-Nada, solo me ayudaba a
recuperarte.
-¿Por qué? Ella me odia.
-No le gustaba verme mal.
-Soy lo peor, no sé cómo has
podido perdonarme.
-Porque te quiero más que a
nada en este mundo.
-Yo también a ti.
-¿Liam se lo tomará bien?
-Ya sabía que no podía haber
nada entre nosotros dos, se lo dejé bastante claro.
-Genial, todo es tan perfecto.
-Ya no hay nada que se
interponga entre nosotros dos -digo abrazándolo con fuerza.
-En realidad hay algo que
necesitas hacer por ti misma.
-¿El qué? -pregunto.
-Necesitas hablar con tu padre.
-Tienes razón, ha pasado mucho
tiempo y ya es hora de que esto cambie.
No hay comentarios:
Publicar un comentario