martes, 24 de junio de 2014

Capítulo 21.

-Gracias por llamar -dice con una sonrisa.
-Mañana dime cómo está ¿de acuerdo?
-Por supuesto.
May y Albert desaparecen y me quedo a solas con Sam, que se rasca la nuca sin saber muy bien qué decir.
-¿Qué haces aquí? -le pregunto.
-May me ha llamado y me ha dicho que no estabas bien como para vover a casa sola.

-No estaba sola, estaba con...
-Liam lo imaginaba ¿tu príncipe encantador se había cansado de hacer de niñera?
-No, estaba en el baño.
-¿Y le has creído?
-No quiero seguir con este tema.
-Tranquila solo te voy a llevar a casa no es necesario hablar más.
Cuando llega el siguiente autobús los dos subimos sin decir palabra y nos dirigimos a la parte de atrás. Sam se sienta al lado de la ventana y yo me siento a su lado, tengo sueño así que me apoyo en su hombro sin ser conciente de lo que hago.
-Ven aquí -me obliga a sentarme sobre sus piernas y yo me hago un ovillo contra su pecho. Cuando llegamos a la residencia Sam se dirige a su habitación y sin que lo sepa yo le sigo a él, la puerta se cierra detrás de él y dudo unos instantes entre llamar a su puerta o irme pero finalmente me decido por llamar. Cuando abre mira hacia abajo no aguanto más así que me acerco sitúo mi cara bajo la suya y le beso, tarda un segundo en reaccionar.
-Entra necesitas descansar -Sam me guía hasta la cama y me ayuda a quitarme los zapatos.
-Fue un error.
-Eli estás borracha.
-Dicen que los niños y los borrachos siempre dicen la verdad.
-En ese caso adelante, suéltalo todo.
-Soy idiota -hago una pausa y todo se queda en silencio asi que continúo- romper contigo fue lo peor que pude hacer, mis miedos e inseguridades son mayores que mi amor por ti, esa era la frase que me repetía una y otra vez para intentar convencerme, pero después de dos meses sin ti mi corazón se sigue rompiendo cuando te veo con Amber.
-¿Cómo crees que me siento yo al verte con Liam?
-Yo no salgo con él y por lo menos no me ves cada día con él en el instituto.
-Ya, ¿no sales con él pero dejas que te bese?
-Me dijo que era la única manera de demostrarme que seguías enamorado de mí, pero no es cierto, no lo evitaste al contrario besaste a Amber para demostrar lo poco que te importaba.
-Tienes razón... -cuando lo admite es peor todavía- eres idiota.
-¿Qué?
-No la besé para dar a entender que me importas poco, ella me besó y estaba tan furioso que le seguí el juego, no entendía cómo podías estar con ese capullo.
-¿Entonces, te importo?
-Si no me importaras no habría ido en autobús hasta un bar perdido en la ciudad con el pijama puesto.
-Sam, todavía te quiero.
-Yo también a ti -se crea un silencio el aquella pequeña habitación que ninguno sabe romper- pídemelo.
-No sería justo.
-Solo hazlo.
-Olvidemos todo esto y volvamos a estar juntos.
Sam cruza la habitación y me levanta de la cama para besarme, cojo su cara entre mis manos e impido que se separe. Sus manos bajan hasta mis muslos y me levantan del suelo con fuerza, volver a sentir sus labios hace que todo mi cuerpo se relaje sobre sus musculosos brazos.

Al despertarme por la mañana las sábanas tocan mi piel desnuda, miro a mi lado y veo a Sam dormido plácidamente abrazado a mí, una sonrisa aparece en mi cara antes de darle un beso tierno en los labios.
-Buenos días preciosa -dice acercándose de nuevo para besarme.
-Buenos días.
-Todo esto parece un sueño.
-¿Qué va a pasar con Amber?
-Nada, solo me ayudaba a recuperarte.
-¿Por qué? Ella me odia.
-No le gustaba verme mal.
-Soy lo peor, no sé cómo has podido perdonarme.
-Porque te quiero más que a nada en este mundo.

-Yo también a ti.
-¿Liam se lo tomará bien?
-Ya sabía que no podía haber nada entre nosotros dos, se lo dejé bastante claro.
-Genial, todo es tan perfecto.
-Ya no hay nada que se interponga entre nosotros dos -digo abrazándolo con fuerza.
-En realidad hay algo que necesitas hacer por ti misma.
-¿El qué? -pregunto.
-Necesitas hablar con tu padre.
-Tienes razón, ha pasado mucho tiempo y ya es hora de que esto cambie.

No hay comentarios:

Publicar un comentario