-Sí
-contesto.
-¡Feliz
cumpleaños, Beth! -grita de tal manera que lo escucha hasta Sam su
cara se tensa y sé que le ha molestado.
-Gracias
Marlen.
-Después
de clase ven a casa y lo celebramos todos juntos.
-Me
pasaré por la tarde, prometido.
-Adiós,
cariño.
-Hasta
esta tarde -cuelgo el teléfono y Sam me mira triste.
-Soy
el peor novio de mundo, no sé ni cuándo es tu cumpleaños.
Se
acerca a mí y me besa con ternura antes de marcharse a una revisión
médica.
Camino
por los pasillos con los auriculares puestos cuando un chico se pone
delante mío y me entrega una rosa blanca con un sobrecito cerrado
con un 1.
-Creo
que te has confundido -digo quitándome los cascos.
-No,
eres Eli ¿verdad?
-Sí.
-En
ese caso es para ti.
-¿Pero
quién...? -empiezo a preguntar incrédula.
-Yo
solo cumplo órdenes.
-Oh,
gracias.
-De
nada y por cierto feliz cumpleaños -se va antes de que pueda
agradecérselo de nuevo y continúo mi camino.
-¡Eli!
-escucho antes de poder recomponerme por la rosa blanca- esto es para
ti -dice una chica a la que conozco de mi clase de inglés. Veo otra
nota pero esta vez tiene un 2.
-¿Qué
es esto?
-Feliz
cumpleaños.
Me
apresuro a entrar en clase y la profesora de matemáticas me entrega
otra rosa más, las dejo sobre mi mesa y atiendo todo lo que puedo
hasta que llaman a la puerta. Dos chicos entran en clase y se acercan
a mí.
-Feliz
cumpleaños Elisabeth -dejan dos rosas sobre mi mesa y salen de
clase. Mis compañeros me preguntan por las rosas y no sé qué
contestar. Cuando la campana toca recibo tres rosas más antes de
entrar a la siguiente clase. Mi profesor me mira extrañado.
-¿Y
todo eso?
-Es
mi cumpleaños, pero no sé de quién son.
-Es
un buen regalo.
-Perfecto,
diría yo.
La
clase transcurre normal hasta que llaman a la puerta un grupo de
cinco chicos entran con camisa y pajarita en clase, el profesor se
sienta en su silla y mira con atención. Los muchachos dejar las
rosas sobre mi pupitre y mientras uno hace un ritmo con las manos
otro hace la melodía con la boca se le une un tercero y los dos
restantes cantan una canción para mí. Noto el rubor en mis mejillas
y les doy las gracias cuando acaban de cantar, salen de clase antes
de que toque la campana y en los pasillos recibo las rosas que
faltaban para que fueran diecisiete. Reúno todos los papelitos sobre
la mesa de la cafetería y los voy abriendo uno a uno.
I.WILL.A.L.W.A.Y.S.L.O.V.E.Y.O.U.YOURS.SAM.
Unas
manos me tapan los ojos en el momento en el que leo el nombre de mi
gran amor. Las manos desaparecen y veo a Samuel delante mio vestido
de traje con el grupito de chicos de antes. Comienzan a cantar y al
escuchar a Sam decir el estribillo:
“Oh
look at you, you're beautiful
There's nothing you can't do
Oh now your life is beautiful
You've got your dreams
You sweet seventeen
You Sweet seventeen "
There's nothing you can't do
Oh now your life is beautiful
You've got your dreams
You sweet seventeen
You Sweet seventeen "
No
puedo evitar que una lágrima resbale por mi mejilla.
-¿De
verdad creías que me olvidaría de tu cumpleaños?
-Me
has hecho dudar.
-Pues
esto no es todo.
-Es
suficiente, no esperaba nada.
-Ya
está hecho, no hay vuelta atrás.
-Esta tarde voy a casa de papá
¿quieres venir?
-Claro.
Sam aparca el coche delante de
la puerta y los dos entramos, por la puerta principal. Todo está en
silencio así que decidimos ir a por algo de comer a la cocina antes
de ir al salón para ver la televisión. Cuando entramos en la sala
de estar un gran nombre de personas a parecen de todos lados al grito
de “Felicidades”, sorprendiéndome de tal manera que me agarro al
brazo de Sam que no deja de reírse.
-¿Tú lo sabías?
-Él ayudó a organizarlo todo
-dice Marlen acercándose a mí con papá al lado- Felicidades Beth.
-Gracias, Marlen.
-Felicidades cariño -dice
Robert abrazándome.
-Gracias.
Cuando me fijo bien en la gente
veo a Eliot, Izzy, May, Albert, Zoey, Andrew y Liam.
-¿Qué hace Liam aquí? -le
pregunto a Sam íntimamente.
-Tu hermana insistió.
-Lo siento.
-¿Estás de broma? No tenías
ni idea de todo esto ¿por qué te disculpas?
-Es la manía.
-¡Eli! -Eliot viene corriendo y
me levanta por los aires- felicidades peque.
-Gracias.
Poco a poco uno a uno me van
felicitando todos los invitados que se quedan hasta que se empieza
hacer tarde y se marchan por pequeños grupos. Finalmente solo
quedamos Sam y yo, estamos sentados en el sofá hablando, ni mi
padre, ni Marlen dan señales de estar cerca así que me acerco y le
agradezco todo lo que ha hecho con un beso, noto sus manos a ambos
lados de la cara atrapándome y obligándome a permanecer contra sus
labios.
-Beth -los dos nos separamos al
oír la voz de mi padre que está delante nuestra con cara de
desaprobación.
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