Tras
unos interminables veinte minutos la puerta se abre. Veo a Connor
pero cuando está a punto de salir por la puerta mamá le agarra el
brazo y le susurra algo al oído, Connor asiente un par de veces y se
dirige hacia mí.
-¿Qué
te ha dicho? -pregunto intrigada.
-Que
tenemos que ir a comprar a la costa -dice sonriente, aunque no le
creo.
-Está
bien, pero antes ¿puedo pasar algo de tiempo con mi madre?
-Claro,
está en la cocina creo.
-Gracias.
Me
dirijo a la cocina a pasos agigantados y la encuentro frente la
encimera con un vaso de agua delante.
-Mamá
-me mira sobresaltada y sonríe.
-Pensaba
que ibais a comprar -dice. Es entonces cuando me doy cuenta del
brillo diamantino
en sus ojos.
-Ahora
iremos -digo algo confusa- Mamá ¿pasa algo?
-No
-dice acercándose a mi y abrazándome con fuerza- es sólo que te he
echado de menos.
-Y
yo, quiero estar contigo quiero que vivamos juntas.
-Cariño
ahora irás a la universidad, créeme no me querrás por ahí. Has
crecido ahora tienes que estar sola.
-¿Y
que pasa con los últimos siete años?¿eh? -las lágrimas acuden a
mis ojos y resbalan por mis mejillas con rapidez- ¿acaso no he
estado sola entonces? Sólo te he visto en una ocasión cada año,
así que en estos momentos te quiero conmigo -la capa de acero que
recubre el corazón de mi madre se ha ablandado y las lágrimas caen
ágilmente.
-Sé
que me quieres cerca porque esto es un nuevo reto pero no puedo,
todavía conservo mi don y no quiero que tu lo pierdas por mi culpa.
-¡Me
da igual perder el don!¡Quiero estar contigo!-grito sin poder
contenerme.
-Lo
siento Aimee, no puedo -siento como el corazón de mamá empieza a
romperse tras esas palabras.
-Mamá
-digo en un susurro, es entonces cuando noto el primer cambio de un
corazón a otro, mamá siempre ha sido una corazón de cachorrito y
ahora su corazón se ha vuelto un corazón de cristal.
-Id
a comprar por favor.
Salgo
de la cocina enfadada y veo a Connor sentado en el sofá algo tenso.
Cuando nota mi presencia me mira, en sus ojos veo tristeza y
comprensión.
-Quiero
salir de aquí -digo todavía entre lágrimas.
-Claro
-se levanta con rapidez y me rodea con un brazo los hombros.
Una
vez fuera las lágrimas siguen cayendo pero el pecho de Connor me
permite esconderme en un refugio solo mío.
-¿Lo
has escuchado todo? -pregunto algo más calmada.
-Sí,
lo siento.
-No
importa de esta manera no necesito contártelo.
Como
si supiera que es lo que necesito Connor me abraza con más fuerza,
eso me hace sentir un hormigueo en los brazos pero no me importa,
incluso me resulta agradable. Noto como se separa el pecho de mi cara
y instintivamente alzo la vista, me encuentro con los ojos de Connor
examinándome atentamente y eso me saca una sonrisa.
-Yo
estaré contigo para todo lo que necesites, te lo prometo -inclina la
cabeza y me besa la frente con ternura.
-Gracias.
Llegamos
a la costa unos minutos más tarde y tras comprar lo necesario
decidimos pasear por el puerto. Veo una tienda de skate y tiro de
Connor hacia ella.
-Quiero
uno nuevo -le digo una vez dentro.
-¿Qué
tal este? -dice señalando a un longboard
-Me
gusta preguntaré el precio.
Me
dirijo al encargado y le pregunto por el precio del longboard, al ver
que se sale de mi presupuesto vuelvo junto a Connor.
-Ya
los miraré en Nueva York -digo tirando de su brazo.
-Espera
yo quiero mirar una cosa.
-Esta
bien te espero fuera -suelto su muñeca y espero en la puerta, veo
pasar a un par de chicos con unos skates en las manos y no me lo
pienso me acerco a ellos y les interrumpo la conversación.
-Perdonad
-digo detrás suya, se giran y me miran expectantes, uno es alto y
castaño, el otro es algo más bajo y tiene el pelo negro- ¿tenéis
mucha prisa?
Se
miran el uno al otro y niegan con la cabeza.
-Íbamos
a el skatepark que esta aquí al lado ¿por qué? -pregunta el alto.
-¿Me
dejaríais un skate uno momento? -pregunto inocente.
-Claro
-dice el más bajo, me ofrece el skate y lo acepto encantada. Corro
un par de pasos y pongo una punta del skate en el suelo a
continuación lo suelto y con paso largo me sitúo encima. Siento el
contacto entre las ruedas y los tablones de madera del suelo. El
ruido me relaja y hace que me sienta libre, entonces recuerdo que no
lo soy. Paro con lentitud y camino los metros que me he deslizado con
el skate en la mano.
-Gracias
-digo entregándoselo al muchacho de pelo negro.
-No
me las des, sé lo que se siente cuando llevas un tiempo sin llevar
uno -dice con una sonrisa.
Veo
a Connor salir de la tienda pero lo que más me llama la atención es
ver el longboard en sus manos.
-Bueno
chicos, gracias otra vez ahora me tengo que ir.
Corro
hasta Connor y cuando llego me entrega el longboard.
-Sí,
un regalito que supuse que te gustaría -dice sonriente.
-Te
adoro -digo abrazándolo.
-Eso
dices ahora -las carcajadas salen de mi boca como un torrente de
alegría- Venga ¿a que esperas? -dice señalando el muelle.
Sin
contenerme más subo al longboard y me deslizo sobre la superficie
olvidándome de todo por unos instantes. Hasta que choco contra
alguien sin darme cuenta.
-Oh,
per... -mi frase se queda a medias al ver delante mío a Cayden
Agapi.
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Hello!!! Bueno supongo que en estos momentos vuestras caras serán algo así...
JAJAJAJAJA, deciros también que queda un capítulo más y el epílogo... huy huy huy
Y eso es todo amigos gracias por leer y en breves el próximo capítulo, mucho besitos para todas.
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