sábado, 22 de noviembre de 2014

Capítulo 11.

Verano.
Busco por mi habitación mis gafas de sol y aunque es raro suelo dejarlas en sitios inesperados así que abro la puerta del baño y para mi sorpresa no están pero sí encuentro a Chloe mejor dicho una Chloe con los ojos rojos y lágrimas que siguen bajando por las mejillas, apoya la cabeza contra la pared y en ese momento se da cuenta de mi presencia.

-Perdona -digo empezando a cerrar la puerta.
-Espera -vuelvo a abrir y la veo secándose las lágrimas- ¿eres Rae?
-Sí.
-Me han hablado muy bien de ti, ¿crees que podrías perder unos minutos hablando conmigo?
-Claro -entro en el baño y espero a que empiece a hablar.
-¿Qué haces cuando te gusta alguien pero él ni siquiera se fija en ti?
-Llamar su atención, supongo.
-Lo he intentado, sabes.
-Charlie es un chico difícil de impresionar.
-No hablo de Charlie, me refiero a Will.
-¿Qué? ¿te gusta Will?
-Sí, llevo dos años pillada por él.
-No me extraña que no se fije en ti si andas liándote con su primo cada dos por tres.
-¿Crees que ese es el problema?
-Sí o que no se ha dado cuenta todavía -la veo sonreír eso hace que yo también sonría.
-Gracias Rae, tengo el presentimiento de que nos llevaremos bien -dice acercándose y dándome un abrazo.


Veo a Charlie esperando apoyado contra su moto y al verme sonríe feliz.
-Pensaba que ya no vendrías.
-Bueno aquí me tienes.
-Vamos quiero llevarte a un sitio antes de que se haga demasiado tarde -me pone el casco de la moto y lo ajusta con rapidez. Paso una pierna por detrás de Charlie y me impulso para poder subirme del todo.
-Ve con cuidado nunca he ido en... ¡Aaah! -comienzo a gritar en cuanto se pone en marcha a una velocidad de vértigo. Lo escucho reír con fuerza bajo mis brazos que se aferran a su estómago como si de una lapa me tratara.
La moto comienza a reducir la velocidad y cuando está parada no tardo ni dos segundos en bajarme de ella.
-¡Idiota! -le grito.
-Mili no sabía que te dieran miedo las motos -dice entre risas.

-Nunca había ido en una -digo lanzándole el casco contra los pies.
-Mili, espera -lo escucho trastear un poco antes de que me abrace por la espalda- perdona, no lo había pensado.
-Eres un idiota.
-Lo sé y lo siento, vamos te recompensaré -dice cogiendo mi mano y tirando me mí.
-¿Dónde vamos?
-Cierto, el pañuelo -dice sacando una tela de su bolsillo y tapándome los ojos con ella.
-Charlie.
-Sube a mi espalda -dice colocando mis manos en sus hombros, lo intento un par de veces pero no puedo subirme así que Charlie opta por levantarme del suelo y llevarme en brazos.
-¿Queda mucho?
-Hay que ver lo impaciente que llegas a ser Mili -dice tan cerca de mi cara que hace que se me ponga la piel de gallina- pero no, ya casi estamos.
Y efectivamente unos minutos después Charlie me deja en el suelo y me quita la tela dejando ver un gran bosque con un lago, delante hay una barca con un par de remos. Charlie me ayuda a subir y se mete hasta las pantorrillas para poder sacar la barca de la orilla, intento coger un remo pero Charlie se niega en rotundo y hace él todo el trabajo. Para en medio de la nada y esperamos hasta que se pone el sol.
-Hoy he estado hablando con Chloe y parece simpática.
-Si vas a seguir con ese tema yo puedo empezar otro.
-Seguro -digo sarcástica.
-¿Qué tal con mi primo? Últimamente te veo mucho con él.
-No me puedo creer que vayas por ese lado.
-Evitas darme una respuesta, seguro que te gusta.
-La verdad es que es muy atractivo -digo siendo sincera.
-Ya claro.
-Lo digo en serio y además no soy la única que lo piensa.
-¿Lo dices en serio? ¿mi primo Will?
-¿Qué problema hay?
-Ninguno, será mejor que volvamos -el camino se me hace muy lento y silencioso.
-Charlie...
-¿Puedo preguntarte algo? -dice sin escucharme.
-Claro.
-¿Qué se siente al estar enamorado?
-¿Por qué me lo preguntas a mí?
-No sé pareces saber sobre el tema y además no hay nadie más.
-Pues... -cierro los ojos ya que decirle a la persona que te gusta que sientes al verlo es complicado. A mi mente aparecen cientos de momentos que hemos pasado juntos y las palabras salen sin más- cuando lo ves un cosquilleo empieza en los dedos de los pies y sube hasta el corazón haciendo que lata con más fuerza. Cuando esa persona se acerca se te corta la respiración y no puedes evitar sonreír cuando escuchas su nombre y las miradas coinciden, es algo difícil de explicar -digo abriendo los ojos de nuevo.
-Por eso quería oírlo dicho por ti, espero sentirlo como tú alguna vez.

1 comentario:

  1. Me tienes enganchada con esta historia... Eres genial!! Espero el próximo capítulo ansiosa, ojala lo subas pronto ♡_♡

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