Me despierto por la mañana
entre los brazos de Charlie, pero a diferencia de ayer
salgo de la
habitación antes de que alguien pueda sospechar. Me pongo a buscar
algo de ropa en el armario cuando escucho unos nudillos golpear la
puerta.
-Rae -Chris asoma la cabeza y al
verme entra sin pensarlo.
-Hola ¿pasa algo
-Eso me lo tienes que contar tú.
-No te entiendo.
-Ayer te vi besando a mi
hermano, otra vez.
-Dylan intentó algo ayer y
Charlie apareció en el momento exacto... respecto a lo que viste no
sé si hay algo que contar.
-Ya está, no quiero hablar de
ese tema.
-Está bien hablemos de mi
hermano, ¿te... gusta? -pone cara de asco al pronunciar esas dos
palabras.
-No sé lo que siento, no creo
que sea amor pero Chris esto es muy complicado para mí, llevamos
muchos años juntos y no quiero romper la relación, además hay otra
razón por la que no podría salir con él.
-¿Cuál?
-Tú, es tu hermano y tú mi
mejor amigo no sería bueno para ninguno.
-Quiero que me contestes a una
pregunta ¿en una escala del uno al diez cuánto te gustaría salir
con él? Olvídate de mí y de todos, piensa en ti.
-Nueve -la cifra sale de mi boca
sin pensar pero dentro de mí algo me dice que es la verdad.
Cuando llego al instituto lo
único que deseo es que Charlie y Chris no se separen de mí o que
Dylan no venga hoy, pero inevitablemente ninguna de las dos cosas
pasa. Veo a Dylan por el pasillo pero no coincido con él en clase
hasta la tercera hora después del recreo, Chris me insiste para
pasar el recreo con él e Izzy.
-Rae, he escuchado que vas al
baile con... -hace una pausa y busca a Charlie entre las multitudes,
cuando lo encuentra lo señala con la cabeza- él.
-Eres un bocazas Christopher
Allen Donovan.
-Es lo que tiene Rachel Sarah
Lovett, he hablado con Izzy y está dispuesta a ayudarte con la ropa
del baile y los treinta vestidos y faldas que llevarás después.
-Será divertido Rachel créeme
-dice ella con una sonrisa sincera.
La campana suena y nos ponemos
en marcha Chris se va a su clase y yo me quedo hablando con Izzy
cuando aparece Dylan.
-¿Cómo te sientes ahora que no
tienes a nadie que te salve? -dice acercándose mucho a mí.
-Dylan.
-Charlie, por favor -digo
asustada.
-¿Qué vas a hacerme delante de
todos? -le reta Dylan.
-Yo me encargo Mili -me mira y
me guiña un ojo.
-¿No me digas que también te
ha hecho pensar algo que no era?
-Tú la mal interpretaste.
-No la defiendas es una guarra.
-No voy a permitir que la llames
eso -veo la mano de Charlie convertirse en un puño e impactar contra
el estómago del chico. Dylan se defiende y le propina varios golpes
pero Charlie tiene más experiencia y en pocos segundos acaba
zarandeándolo por los pasillos.
-¡Charlie para! -me mira y
puedo ver un hilo de sangre bajar de su nariz.
-No te acerques a ella nunca más
¿entendido?
-Sí -Dylan parece un cachorro
herido al que nadie hace caso, todo el mundo le mira con lástima y
esperan a que Charlie se aparte para ayudarlo.
-Charlie Donovan, Rachel Lovett
y Dylan Benet, a mi despacho -anuncia la directora desde el pasillo-
Dylan, tú mejor ve a la enfermería, vosotros dos acompañadme.
Charlie me coge de la mano y me
la estrecha para tranquilizarme, cuando entramos en el despacho nos
sentamos en unas sillas delante de la directora.
-¿Qué ha pasado? -dice
ofreciéndole un pañuelo a Charlie.
-Dylan le faltó el respeto a
Rae y no pude contenerme.
-¿Es eso cierto, Rachel?
-Sí, pero también tiene que
ver con algo que pasó fuera del instituto.
-Oh ya veo,-abre una carpeta que
está sobre su escritorio- la verdad es que sois unos alumnos
excepcionales y una mancha en vuestro expediente a estás alturas os
podría perjudicar bastante, sobre todo a ti Charlie.
-Lo sé.
-He pensado que el baile es en
una semana y falta decoración por pintar, así que podríais ayudar
con el decorado como castigo.
-Me parece bien, directora
¿puedo hacerle una pregunta?
-Claro.
-¿Ha llamado a casa?
-Todavía no Charlie.
-No lo haga por favor, mis
padres no están en casa y los de Rachel tampoco, estamos a cargo de
mi primo mayor William y no quiero que se preocupe o que mis padres
dejen de confiar en él por esta tontería.
-Lo pensaré Charlie pero no
puedo prometerte nada.
-Gracias de todas formas.
-Mañana os espero a vosotros
dos aquí a las cinco.
-Aquí estaremos.
-Charlie puedo hablar contigo un
momento.
-Claro -se acerca a mí me
susurra a la oreja- espérame fuera.
No puedo evitar escuchar lo que
dicen ya que la puerta es muy fina.
-Eres un icono para
este instituto y la junta de estudiantes cree que el baile tendrá más éxito si tú
vienes.
-La verdad es que ya tenía
pensado venir, ya tengo pareja y todo planeado pero gracias por lo
del icono y eso, ahora será más divertido venir.
-Genial, vuelve a clase e
informa de que estabas hablando conmigo no quiero que os pongan
falta.
-Gracias directora, que tenga un
buen día.
Cuando Charlie sale me acompaña
hasta clase y antes de entrar me frena.
-¿Tengo sangre todavía? -dice
mientras intenta mirarse la nariz.
-Espera -cojo el papel y rozo
con cuidado la parte inferior de la nariz- ahora perfecto.
-Gracias, Mili -sonríe con
picardía antes de desaparecer por el pasillo silbando.
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