martes, 1 de julio de 2014

La sombra. Parte 2.

La noche se echó encima de June con rapidez se vistió con un vestido negro y escondió una pistola en la pernera. Un pitido la sacó de sus pesamientos y al asomarse a la ventana vió a Milo apoyado sobre el capó de su coche. Bajó las escaleras con rapidez y llegó hasta él con elegancia.
-Hola.
-Estás muy guapo.
-Gracias, tú también.
-Gracias.
-Vamos o llegaremos tarde.
-Claro.

Cuando llegaron a la fiesta el anfitrión los recibió con un fuerte abrazo antes de obligarlos a bailar la canción lenta que sonaba de fondo. Las distancias entre los dos eran las mínimas y la situación muy incómoda para ambos.
-Mi padre sabe que hemos roto, cree que me has puesto los cuernos -dijo Milo con una sonrisa forzada.
-¿Crees que me importa lo más mínimo lo que piensan los que están aquí? -June hizo que Milo borrara esa sonrisa con esa simple pregunta- sólo me importa lo que pienses tú.
June acercó sus labios a los del chico y lo besó, era lo más parecido a una despedida que podía tener y eso le bastaba.

-Yo...
-Ssh, tengo que ir a trabajar me ha encantado conocerte y mucho más ser tu novia para mí has sido lo más importante en mi vida y me hubiera guatado que durara para siempre pero no ha podido ser -las lágrimas resbalaban por sus mejillas mientras la cara de Milo se contraía en una mezcla de tristeza- Te quiero Milo, hasta pronto.
June desapareció dejándolo solo en una pista de baile rodeado de gente que solo pudo ver a una chica llorando y un chico con el corazón roto.

La habitación se encontraba en la segunda planta y no tenía vigilancia alguna, June se aseguró de que nadie la viera acercarse al futuro lugar del crimen. La puerta estaba abierta y eso lo hizo todo más fácil, una vez dentro se acercó a su objetivo, ya lo tenía entre los dedos cuando escuchó la puerta cerrarse.
-Hola June -esa voz tan familiar hizo que se le erizara todo el bello de su cuerpo.
-James -eso fue lo único que pudo decir- ¿cómo...?
-No me lo ha contado Milo si es eso lo que querías preguntar, es curioso lo que puedes saber de una persona con verla caminar y su manera de moverse, sus gestos y sus curiosidades.
James hacía guardia frente la puerta con calma pero eso era lo que más nerviosa ponía a June.
-Supongo que Milo te ha contado que casi pierdo mi empleo.
-Sí lo ha hecho, pero también me ha prometido que me dejará marchar con la condición de que no vuelva jamás.
-¿Sabes lo malo de eso? Que no es decisión suya -una pistola aparece en las manos de James y apunta a June a la cabeza- levanta las manos, donde pueda verlas y no hagas movimientos bruscos.
-¿Por qué no lo hablamos? Desapareceré para siempre no me volvereis a ver lo juro.
-No puede ser June, lo siento.
-Podría proporcionarte información de la banda de Cipriano.
-¿Qué sabes tú de ellos?
-Trabajo para ellos, tienen a mi madre.
-Tengo que llevarte a comisaría.
-No, si lo haces la matarán, podría ser vuestro topo.
-June no es una decisión que tome solo yo.
-Pero... -los casos extremos requieren medidas extremas y este caso era muy extremo, June cogió aire y con disimulo sacó una pequeña daga escondida en su cabello recogido, aguardó unos segundos.
-June, no lo sabrán puedes estar traquila.
-Vale -en ese momento lanzó la daga con precisión contra la mano de James, que gritó con fuerza, June corrió, cogió lo que venía buscando y subió a la ventana.
-¡No me obliges a disparar! -dijo el hombre recomponiéndose- gírate.
June le hizo caso y le miró a la cara, estaba aterrada jamás pensó que su fin podía llegar a manos del padre del chico al que amaba pero parecía que ese sería su final a fin de cuentas.
-Baja de ahí June.
-No puedo.
-Dispararé si me obligas y no quiero hacerlo.
-Lo siento.
-June -la chica miró hacia abajo una vez antes de ver como el hombre presionaba el gatillo mínimamente.
-Adiós.
-¡NO! -el disparo sonó después de que la chica se precipitara al vacío de
espaldas. June caía sin saber como acabaría pero cuando sus pies tocaron el suelo no fue capaz de mantener el equilíbrio y cayó sobre Milo que la esperaba delante suya. Un último vistazo hacia arriba dejó ver a un James preocupado que buscaba un cadáver en el pavimento.
-Yo también te quiero y te seguiré al fin del mundo si es necesario, respecto a tu madre la rescataremos de alguna manera, no sé cómo ni cuándo pero lo haremos.
-Milo -June se lanzó sobre los labios de ese chico esperanzado y le besó hasta que todos sus problemas parecieron esfumarse.

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