Cada
día es como el primero: Instituto, soy ignorada, mi casa donde
vuelvo a ser ignorada y por fin mi habitación donde YO ignoro a los
demás. En dos semanas empiezo las clases y sólo puedo pensar en lo
poco que me queda de vacaciones.
-¡Elisabeth!
-me llama mi madrastra- ¡baja ahora mismo! -grita al ver que hago
caso omiso de su primera llamada.
Pongo
con desgana el punto de libro sobre la página 710 y salgo de mi
habitación. Bajo las escaleras y al final de ellas me encuentro con
Marlen.
-¿Qué
pasa? -pregunto dulcemente ya que va contra mi naturaleza ser cruel o
enfadarme con la gente.
-Tu
padre quiere que te lleve de compras.
-No
me apetece mucho, tengo un libro que... -me corta con rapidez.
-¿Cuál
es tu talla? -me pregunta sin levantar la mirada del teléfono móvil.
-¿Por
qué quieres saberla?
-Te
compraré algo de ropa y también miraré algo para mí.
-Pero
papá llega a las seis se dará cuenta de que no he ido contigo.
-Bueno
pues iremos al centro comercial y nos separaremos, yo iré a comprar
y tú puedes hacer lo que quieras. Así que quítate el pijama y
ponte ropa decente.
-No
voy en pijama -digo algo avergonzada, Marlen me mira de arriba abajo.
-Necesitas
ropa nueva, ahora al coche.
Subo
las escaleras a trompicones y preparo una mochila con dinero y el
libro que estaba leyendo.
-Hola
Eli.
-Hola
Marcus.
-¿Un
café de caramelo?
-¿Cómo
lo has adivinado? -pregunto haciéndome la sorprendida.
-Sólo
lo deduje -me prepara el café y se despide con un armonioso “adiós”
una sonrisa y un guiño de ojo.
Al
abandonar el Starbucks me dirijo a mi escondite secreto, situado
detrás del gran edificio en el que se alza el centro comercial con
todo su resplandor hay una pequeña verja de metal medio cubierta por
las ramas de un jardín discreto y precioso. Me tumbo sobre la suave
hierba y abro mi libro de nuevo.
“Con
Ian era diferente, mucho, porque Melanie no le amaba como yo. Cuando
me tocó fue más profundo y sosegado que el fuego abrasador, como la
roca derretida deslizándose debajo de la tierra. Demasiado profunda
como para sentir su calor, pero moviéndose inexorable, cambiando
hasta los mismos cimentos del mundo a su paso.”
Un
sonoro ruido me distrae y aparto la mirada de las pequeñas hormigas
que pasean por las finas páginas de mi devorador de tardes.
Un
muchacho alto con el cabello dorado ha saltado la verja que separa
el jardín del resto del mundo. Recoge la mochila que ha tirado con
anterioridad y al darse la vuelta se da cuenta de mi presencia y se
queda quieto.
-¿Sabes
que está prohibido estar aquí, no?
“Y
me lo pregunta el chico que ha saltado la verja pudiendo haberla
abierto” digo mentalmente.
-Hey,
te estoy hablando, ¿cómo te llamas?
Recojo
mis cosas con rapidez y paso por su lado dando unas largas zancadas,
cuando estoy al lado de la verja me giro y lo veo observándome con
curiosidad, yo abro la puerta y él pone cara de sorprendido al ver
que era tan fácil el acceso a ese pequeño mundo aislado de todo y
todos.
Entro
de nuevo en el edificio y busco a Marlen distraídamente. Cuando me
ve me lleva a un par de tiendas y me compra ropa que no usaré en
años.
-Me
he tomado la libertad de comprarte un par de cositas -dice ilusionada.
Si hay algo que Marlen ama con locura son las compras sean para ella
o para cualquier otra persona, son como su pasatiempos.
Poco
después Marlen me lleva a merendar a una nueva cafetería. Espera
unos segundos antes comenzar la conversación pero se nota que lo que
quiere decir es algo que necesita hablar conmigo con urgencia.
-Eli,
tenemos que hablar seriamente.
-¿Ha
pasado algo malo?
-No, sólo estaba pensando que ya tienes dieciséis años, el año que viene cumplirás diecisiete y sólo te quedará un año más de instituto.
-No, sólo estaba pensando que ya tienes dieciséis años, el año que viene cumplirás diecisiete y sólo te quedará un año más de instituto.
-No
se adonde quieres llegar.
-Eli,
creo que ya eres grandecita y vivimos un poco lejos de tu instituto,
así que ¿qué te parece ir a vivir a la residencia? -pregunta
entusiasmada.
-¿¡Qué!?
¿papá sabe todo esto? ¿él también está de acuerdo de echarme de
casa?
-Cariño,
no quiero echarte sólo te sugería un manera más fácil para llegar
a la institución y tener más espacio para los cuatro.
-¿Cuatro?
¿estás embarazada?
-Sí,
de un mes y medio ¿no te lo ha dicho tu padre?
-No...
-Oh,
lo siento cariño pensaba que lo sabías.
En
ese momento supe que con un bebé ya no existiría ni para papá y
que sería mejor salir del camino y empezar uno nuevo yo sola.
Me
costó un poco convencer a papá pero conseguí que entendiera la gran mentira de que
necesito estar sola apartarme de todos una temporada y después dejó
de poner pegas y solicitó una habitación individual para mí porque
sabe lo difícil que se me hace estar con gente.
Llego al instituto una semana
antes de que empiecen las clases para ir adaptándome a mi nueva vida
en la residencia. Después de dar vueltas por toda la residencia
decido preguntar en secretaría dónde está mi habitación.
-Hola perdona, estoy buscando la
habitación 13.
-¿Eres Elisabeth?
-Sí.
-No buscas una habitación sino
la casita que está en el bosque.
-Oh, gracias -comienzo a irme
cuando me llama.
-Elisabeth, te dejas esto -me
entrega las llaves y retomo mi camino. No sé qué esperaba encontrar
exactamente pero para nada era lo que había delante de mí. Una
casita rural se alzaba delante mía, las paredes eran de madera, el
interior era acogedor y todo estaba bien distribuido. Sólo me hacen
falta un par de horas para poder colocar mis cosas medianamente bien.
Paseo por el patio del instituto
y me dirijo a la cafetería para coger algo de comer. Me dispongo a
retomar mi lectura cuando un muchacho deja un hoja rectangular sobre
mi mesa y pasa de largo, la cojo y la leo.
“Fiesta inaugural de la
residencia en la sala común del club de fútbol americano. El día
14 a las 10 p.m.”
Dejo el papel sobre la mesa de
nuevo y le doy un par de bocados rápidos al bocadillo que me acabo
de comprar. Un grupito de chicas entra armando mucho escándalo y
decido ponerme los auriculares que llevo a todas partes para aislarme
por completo.
La fiesta pasó y no fui a ella
me quedé en casa haciéndome mis propios maratones de mis series
favoritas.
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Hellooo!!! Este es el prólogo de MissUnderstood, espero que os haya gustado muchos besitooooos!!!!!
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