-No tengo muchas ganas -digo
sentada en el muelle. La verdad es que hace calor pero no estoy de
humor. Me asusto cuando escucho pisadas rápidas cerca mía,
instintivamente me hago un ovillo y veo pasar corriendo a Chloe que
se tira al agua sin dudarlo.
-No -me mira de manera extraña
y abre la boca pero antes de poder decir nada Chloe lo interrumpe.
-Don ¿a qué esperas? Ven
conmigo -duda unos segundos y después le contesta.
-Ya voy -se quita la camiseta y
me la tira- alegra esa cara, estamos en verano.
Le sonrío y Charlie pone sus
manos sobre el corazón antes de situarse al borde del muelle y
dejarse caer para atrás. Comienzo a reírme cuando noto una presencia
cerca mío.
-¡Ah! -grito al ver que era
cierto, Will está de pie a mi lado y me mira con gracia.
-Perdona no quería asustarte.
-Tranquilo ha sido una tontería.
-¿Qué tal con el chico
misterioso de ayer? -pregunta sentándose a mi lado.
-Bueno creo que está con esa
chica, así que...
-¿Qué? ¿vas a dejarlo estar?
¿no piensas luchar por él?
-No, ni siquiera sé si me gusta
y además ella es perfecta, yo no, no tengo oportunidades delante de
ella.
-Crees que es mejor que tú.
-Sí...
-No era una pregunta, pero
¿sabes una cosa? -se acerca a mi oreja y susurra- no lo es.
-¿Cómo estás tan seguro?
-Porque la conozco y tiene mucho
de esto -dice moviendo las manos por su cuerpo haciendo ver que tiene
curvas- pero poco de esto -dice tocándose la frente.
-¿Por qué has dicho que la
conoces?
-La chica es Chloe y el chico es
mi primo Charlie ¿verdad?
-¿Cómo...?
-Es bastante obvio, pero él es
demasiado corto como para darse cuenta así que tu secreto está a
salvo conmigo.
-Gracias.
-Respecto a ellos dos, no están
juntos, solo se dedican a magrearse un poco en verano, nunca nada
serio.
-Sí eso me tenía que hacer
feliz no lo ha hecho.
-Perdona.
-¿Por qué no me he podido
enamorar de un chico como tú?
-No me conocías -se levanta y
se quita la camiseta- ¿vienes?
-Claro.
Will me tiende la mano para
ayudar a levantarme, acepto su mano de la misma manera que empiezo a
aceptar que Charlie no es para mí. ¿Y qué si no le gusto a
Charlie Donovan? Hay veintenas de chicos en el instituto, cientos en
la ciudad, miles en el estado y billones en el mundo entero, a alguno
le tendré que gustar ¿no?
-Mili, has entrado -dice Charlie
acercándose y tirándome agua.
-¿Mili? -pregunta Will
extrañado.
-Era el nombre de mi muñeca
favorita, yo le llamo Charlie, lo odia.
-¿Desde cuándo?
-Desde que le empezaron a llamar
Don -digo con cara de asco.
-¿Don?¿en serio?
-Impone más que Charlie.
-Qué tontería.
-¿Qué te pasa conmigo? No
paras de echarme en cara las cosas.
-Son tus acciones lo que me
molestan de ti últimamente.
-Parad -digo poniéndome en
medio.
-No te metas en esto.
-No le hables así y deja de
comportarte como un crío.
-¡No soy un crío! -grita
abalanzándose sobre Will, de manera que los dos acaban bajo el agua.
Chris viene todo lo rápido que puede pero está demasiado lejos y
Charlie está golpeando a Will, que está de espaldas contra la
arena.
-¡Charlie para! -grito pero no
reacciona así que me lanzo contra él y lo derribo al agua, no he
calculado bien la distancia y al caer sobre Charlie me golpeo la cara
con un piedra de la orilla.
-¡Déjame! -me grita furioso
hasta que ve quien soy- Mili...
-Se acabó -digo. Le sangra la
nariz y tiene el labio hinchado.
-Tu ceja -dice acercándose.
Toco el lugar donde me he golpeado y me sorprendo al notar la sangre
sobre la punta de mis dedos, cuando la veo es peor, nunca me había
mareado con esto antes pero siento que todo da vueltas antes de
acabar en los brazos de Charlie que me levanta del suelo sin
problema.
-¡No la toques! -dice Will
levantándose, ahora le veo, tiene un ojo morado y varios hilos de
sangre se unen a lo largo de su cara.
-Ya está, déjame en paz.
Charlie parece agotado pero no
se detiene, camina en silencio conmigo en sus brazos, tiene la vista
clavada al frente y sus labios son casi inexistentes.
-Charlie.
-No hace falta que lo digas, soy
idiota y violento parece que solo valgo para eso, -lo dice más como
un pensamiento para él mismo que para mí- lo siento Mili, estás
así por mi culpa.
-No tienes que ser tan duro
contigo mismo, todos podemos perder los nervios alguna vez.
-¿Cómo haces eso?
-¿El qué?
-Hacerme sentir bien con tanta
facilidad.
-Ese es mi trabajo, ayudarte.
-Pues lo haces muy bien -me mira
y sonríe. Sin darme cuenta ya hemos llegado a la casa y estamos en
el lavabo. Charlie saca el antiséptico de un cajón y un par de
gasas, comienza a curar mi herida con delicadeza.
-Gracias -sonríe antes de
soplar la herida y eso hace que me escueza- ¡ay! Lo has hecho aposta
-me quejo al ver que se ríe de mí.
-Era una broma.
-Te toca -cojo otra gasa y la
empapo con alcohol presiono sus heridas y reflexiono mientras le miro
a los ojos con disimulo. Es cierto que no elegimos de quien nos
enamoramos pero estoy segura de que si pudiera le eligiría a él una
y mil veces, porque a pesar de sus defectos, él es especial para mí.
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