Me despierto por la mañana
temprano para ir al instituto, cuando salgo de casa Chris está fuera
esperándome mientras Charlie espera sentado en el bordillo.
-Por fin Mili tan lenta como
siempre.
-Olvídame Charlie.
-No puedo.
-Pues aprende.
Íbamos en
nuestro coche camino a nuestra nueva casa, en una nueva ciudad, a
mucha gente le gusta eso, pero no es tan divertido cuando tienes ocho
años y te mudas a un sitio donde no conoces a nadie. Pasamos por una
gran carretera llena de casa iguales, delante tienen un jardín bien
cuidado y una fachada blanca y brillante. El coche empieza a
ralentizarse y veo a un niño de mi edad en un jardín juega con una
pelota cuando se me queda mirando, estoy a punto de sonreírle cuando
me saca la lengua y le devuelvo el gesto.